domingo, 15 de marzo de 2015

S

la oscuridad va al encuentro de la luz, tiene cabeza de toro, astas grandes y puntiagudas... la luz reposa sosegada y mansa, no se ve el rostro, el resplandor ciega los ojos...
el asta de la oscuridad  roza su cuerpo, la luz se deja lamer, se halaga y engrandece con su roce  

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